Más de 100 miembros de una comunidad mormona mexicana-estadounidense han abandonado sus hogares en el norte de México, después del ataque contra la familia mormona LeBarón, que tuvo lugar en Bavispe, en el límite entre los estados de Chihuahua y Sonora, en la frontera con Estados Unidos.
Tras la masacre contra tres mujeres y seis niños, llevada a cabo por el cártel mexicano de La Línea, según la Secretaría de Defensa, familias enteras han salido de La Mora, un remoto pueblo agrícola en el estado Sonora, como ha señalado Taylor Langford, pariente de algunas de las víctimas.
Su estimación es que unas 150 personas han abandonado la comunidad, lo que representa un 60 por ciento de los residentes locales. Algunos de los miembros han salido de forma temporal y otros permanentemente, pero casi todos podrían regresar si la seguridad mejorara en la zona, según ha subrayado Langford, de 27 años.
"Es devastador, es un sentimiento horrible que el trabajo de todas nuestras vidas y nuestros ahorros nos sean quitados así", ha manifestado Langford, quien se crió en esa comunidad.
"Muchos de nosotros estamos en el punto donde lo dejaremos todo, abandonaremos todo, por la seguridad de nuestras familias", ha agregado.
Las mujeres y los niños fueron asesinados al ser quemados en un camino remoto al este de La Mora, que se encuentra a unos 130 kilómetros al sur de la frontera entre Estados Unidos y México.
Tres mexicanos que trabajan con familias en La Mora aseguraron que solo cuatro de las 34 casas de la comunidad siguen ocupadas. Los que se fueron se quedan ahora con familiares y amigos en Estados Unidos y, solo en algunos casos, en casas propias.
Howard Miller, marido de Rhonita Miller, una de las mujeres que murió en el ataque, se ha dirigido a Dakota del Norte para estar con su familia allí, según el padre de Rhonita, Adrián LeBarón.
Langford, en tanto, ha explicado que su familia tiene una fuerte presencia tanto en el área de Phoenix, Arizona, como en los alrededores de Salt Lake City, en Utah.
Algunos de los habitantes que han salido de La Mora irán a la Colonia LeBarón, una comunidad con más recursos y seguridad ubicada en el estado vecino Chihuahua, según ha apostillado Julián LeBarón, pariente de las víctimas.
Después de la masacre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció ayuda a México para acabar con las bandas de narcotraficantes. México aceptó y solicitó a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que lo ayudara con la investigación.
Al ser preguntado en relación a un convoy de varias decenas de vehículos del FBI que habría ingresado a México, el ministro de Relaciones Exteriores del país, Marcelo Ebrard, ha indicado en una rueda de prensa este martes que algunos expertos estaban trabajando en balística y que otros probablemente en diferentes aspectos del caso.
Ebrard ha señalado que México recurrió al FBI debido a la doble ciudadanía de las víctimas y que su cooperación también era una oportunidad para que su país verificara el origen de las armas utilizadas en el ataque. "Los agentes estadounidenses deben trabajar en conjunto con sus homólogos mexicanos y no estarán armados", ha añadido.